Damos nuevamente la bienvenida a esta estación de colores cálidos, un tanto melancólica, donde los amarillos, marrones, dorados y naranjas aparecen; donde los sentidos trabajan sin prisa.
Propiciar una divertida excursión con los niños en esta época del año y observar como ellos son capaces de percibir todas las posibilidades que ofrece la naturaleza. Pisar hojitas secas, escuchar ese crujido; seleccionarlas por colores y descubrir la amplia variedad de tonos y brillos; saludar caracoles y espiar ardillitas.
Detenerse y sentir el viento, más fresco, más húmedo, más intenso y atreverse incluso a guardar los paraguas y dejar que una ligera llovizna, os vuelva un desastre el cabello.
Recordar así y hablarles sobre las diferentes frutas que son típicas de esta estación como las dulces naranjas, los no tan dulces pomelos, las cítricas mandarinas, las dulces uvas, las ricas castañas, las saludables manzanas, los aromáticos membrillos, las variadas y suculentas calabazas; cada una con su hermoso color, sus peculiares aromas y sabores intensos e interesante.
Así transcurre el año, en un constante cambio de la naturaleza, una inteligente y necesaria adaptación de seres vivos en un entorno que exige transformación, y de esta realidad, también podemos contar un poquito a los pequeños, haciéndolos conscientes de que los momentos de cambio son importantes y facilitan la existencia. Cambios en ellos mismos, en sus relaciones con los demás, cambios propios y ajenos que se deben respetar y aceptar.
Iros a dar un paseo y dejar que ellos sean los maestros, ya que siempre están atentos a lo nuevo, a lo diferente, a lo que produce asombro, a lo que parece invisible pero que estimula sus sentidos de forma espontánea.
Solo acércalos a lugares bonitos, a la madre naturaleza, que es la más sabia maestra y déjate contagiar, disfruta tú también dejándote sorprender por todo lo que esta estación nos ofrece y se nos olvida contemplar.
Pisa hojitas, muchas hojitas, cierra los ojos, salta y sonríe, escucha, respira y deja que tu niño interior también lo viva.
Ana María González Valeiras
Profesora de yoga infantil y yoga para adultos.